A nadie cogerá de sorpresa saber que desde que comenzó este año, el 2022, la agitación en el mercado y casi hasta la incertidumbre están a la orden del día, lo que genera caídas y movimientos inesperados.
En el caso de este año, el principal culpable son los tipos de interés. Cuanto más barato resulta financiarse, más fácil resulta invertir en proyectos novedosos y que no dan toda la seguridad que debieran; y por el contrario, cuanto más alto está el tipo de interés, más se apuesta por proyectos con fuertes cimientos y por lo general, más realistas.
Y justo en medio de estos flujos surgen los conocidos como small caps, una oportunidad muy sugestiva en periodos inflacionarios.
¿Qué son las small caps?
Las small caps son empresas cotizadas con una capitalización bursátil relativamente pequeña con acciones cuyo valor es menor a los mil millones de dólares.
Por lo general, a pesar de considerarse “pequeñas”; tienen un gran peso en las economías locales y son fuente de puestos de trabajo y actividad. Trabajan con un producto aceptado y conocido por el mercado y, de forma general, con bajos niveles de endeudamiento, lo que las hace especialmente atractivas en momentos de extrema inflación.
¿Qué ventajas tiene invertir en ellas?
Principalmente tres: alto potencial, probabilidad de encontrar “chollos” y precios más asequibles.
- El alto potencial. Al ser pequeñas empresas, es más probable y sencillo que de un momento para otro den un gran salto; tienen mucho más margen.
- La probabilidad de encontrar opciones infravaloradas. Esto depende de la habilidad del inversor, por supuesto; pero al ser menos estudiadas y seguidas por los analistas, existen realmente más oportunidades.
- Los precios asequibles son evidentes, y precisamente de ahí viene su nombre.
¿Y qué desventajas?
El principal incoveniente de invertir en small caps es el riesgo que se asume derivado de la falta de información. Además, al no ser grandes valores, por lo general, sufren de mayor volatilidad y cambios repentinos.