Has oído hablar de la inflación cientos de veces, y hasta puede que tú mismo la hayas nombrado. En la televisión, en la radio, en conversaciones y hasta en amigos: todos hablan de la inflación.
Y más en los últimos meses. Una inflación controlado suele estar en torno al 2% y en España llevamos varios años muy por encima, llegando al 10.8% el pasado junio, su nivel más alto desde hacía 38 años.
Pero veamos qué es esto exactamente y cómo afecta a la inversión.
Índice
¿Qué es la inflación?
Podemos definirla como el aumento de los precios de los bienes y servicios de un país. Este dato se mide porcentualmente y como decíamos, lo ideal es que ronde el 2%.
Las principales causas de esta subida son el aumento de la demanda, de los costes, de las expectativas del mercado o de la base monetaria.
La situación contraria que supondría la caída de los precios, también peligrosa si se descontrola, es la deflación.
¿Y entonces, qué es el IPC?
De entre todos los precios, el de la energía y los alimentos son de los que más preocupan. Por eso, tienen una “inflación específica”, conocida como inflación subyacente. Este tipo de inflación, que es también la más volátil, es conocida como IPC, Índice de Precios al Consumo, y es elaborada de forma mensual en el Instituto Nacional de Estadística.
¿Cómo afecta a la economía?
A nivel macroeconómico, una subida de la inflación como la que estamos viviendo hoy en España hace que los precios suban. Todo es más caro y por tanto, a nivel consumidor, reduce nuestro poder adquisitivo considerablemente haciendo que con lo mismo, podamos comprar menos.
Esto no quiere decir que esta sea siempre sea negativa. Cierto nivel de inflación es positivo puesto que mantiene el nivel del país, evitando a su vez situaciones de deflación, también muy perjudiciales.
¿Y cómo afecta al inversor?
Aquí la clave. Más allá de todo lo que pueda pasar a nivel individual en nuestra cartera, si invertimos, hemos de estar alerta a la inflación, puesto que puede ser la culpable de más ganancias o más pérdidas. Igual que erosiona los ahorros, también lo hace con las inversiones.
De hecho, se dice que las inversiones deberían batir al menos la inflación anual para no perder dinero y por tanto, no reducir nuestro poder adquisitivo.