Hace más de una década, el 15M alumbró una «nueva política». Erigido como vanguardia de la moralidad, Podemos dio un vuelco a la correlación de fuerzas parlamentaria. Hoy, Íñigo Errejón dimite de todos sus cargos después de las acusaciones de violencia machista.
Lo que empezó como una esperanza y encauzó la protesta social del conocido como precariado ha terminado con corolarios ciertamente tristes. La historia se repite primero como tragedia; ahora toca la farsa. Después del Chalet de Galapagar, las renuncias al programa, la ruptura de la horizontalidad, pasar del «PPSOE la misma mierda es» a ser la muletilla de Sánchez, de la salida de Pablo Iglesias de Podemos, el sinfín de re-coaliciones y choques en la izquierda «a la izquierda del PSOE… Sin duda la dimisión de Íñigo Errejón es otra decepción más de aquellos que abanderaron la moralidad, la regeneración de la política, el fin de la corrupción.
— Íñigo Errejón (@ierrejon) October 24, 2024
El fin de la «IzquerdaTM»
Sin duda, lo de Errejón es otra gota más en un vaso que lleva desbordado desde hace ya demasiado tiempo. Y una rendija en la que se entrevé toda una trama que evitaba que estas cosas salieran a la luz. Ha habido reacciones de las más variopintas:
- Algunas personas han aprovechado para denunciar las agresiones y otros asuntos no tan serios de Íñigo Errejón, pero también de otros políticos y periodistas.
- Toda la izquierda «a la izquierda del PSOE» a reaccionado con su repulsa:
- Algunos negando incluso tener nada que ver con el político conocido en las redes como Milhouse (ahora Milkhouse).
- Otros hasta sacando pecho torpemente de haberlo sabido todo y de que tendrían que caer otros (y ellos, curiosamente no).
- Y ya el caso de Pablo Iglesias, que no ha dudado en hacer madera del árbol caído. Así se las gasta el ex-líder de la formación y ex-amigo de Errejón.((Pablo Iglesias, sobre las acusaciones a Errejón: “De esto se hablaba hace un año”))
Mientras tanto, Errejón, a su modo y con eufemismos con un nivel de pedantería extremo, parece haber reconocido, al menos, que las denuncias no irían tan desencaminadas. Eso sí, es culpa del patriarcado, del neoliberalismo… Nunca de él. Una curiosa cualidad de los maltratadores, siempre son los otros los culpables de sus actos. En cualquier caso, ahora está en manos de los tribunales, que dictaminarán si de verdad ha cometido alguna ilegalidad. Y sólo ellos podrán decidir sobre la culpabilidad o no del ya ex-político.
Las reacciones de la derecha sobre Íñigo Errejón
Por lo general, la derecha ha aprovechado la ocasión para lanzarse contra el ya defenestrado político. Algunos han remitido al mito de la mayor depravación en la izquierda, como si estuvieran exentos de casos de maltrato y otras lindezas.
Las explicaciones de Errejón son espeluznantes.
— Alejandro Fernández (@alejandroTGN) October 24, 2024
Recuerdan tanto a los procesos de purga, humillación y autoinculpación del estalinismo que nos advierte que esa ideología sigue más viva que nunca.
Pero más sorprendente han sido las reacciones que incluso vindican indirecta o directamente a Errejón. El líder del PP catalán ha afirmado que está siendo sujeto de una «purga» típica del «estalinismo». Y algunos influencers incluso hablan de una conspiración contra el personaje (o la persona, la carta de Errejón tiene momentazos dignos de ser reseñados).
Dudo muchísimo que sean verdad las acusaciones, viendo que el testimonio “anónimo” lo ha sacado Cristina Fallarás, vocera de Podemos, que ya sabemos que se la tienen jurada a Milhouse hace tiempo. Si estamos en contra del “hermana yo sí te creo”, es para todo. https://t.co/lTswaiDPtC
— InfoVlogger (@infovlogger36) October 24, 2024