La inflación y los tipos de interés están marcando el inicio de 2023. Estos dos fenómenos siguen golpeando la cadena de suministros global, cada vez más tensa. Sin embargo, Citigroup, la mayor empresa de servicios financieros del mundo, ha señalado que pese a ello las condiciones del comercio mundial se están normalizando con gran velocidad. Paliar estos fenómenos podría hacer remitir la crisis.
La inflación y los tipos de interés protagonizan el inicio de año
Desde la Pandemia de COVID-19, la cadena de suministros mundial no ha dejado de recibir duros golpes. La Guerra en Ucrania, la inflación y los tipos de interés han marcado un 2022 que ha aumentado considerablemente la tensión en el comercio mundial. La logística mundial se ha visto duramente golpeada, lo que ha cambiado nuestra percepción sobre la misma.
La tensión en la cadena de suministros se mantienen por la inflación y los tipos de interés
Desde Citigroup se ha advertido que, de seguir aumentando la inflación y los tipos de interés, el comercio mundial se va a ver (aún más) seriamente dañado. No hay que olvidar que el comercio representa el 52% del PIB mundial.
“Creo que estamos de acuerdo en que el año pasado, o incluso los últimos años, han sido complicados. Sin embargo, aquí estamos, en algún lugar más cerca de la normalidad”
Jane Fraser, consejera delegada de Citigroup.
La consejera delegada, además, informa que la presión en la cadena mundial de suministros, pese a todo, ha vuelto a niveles pre-pandémicos pero que la inflación y los tipos de interés están haciendo persistir la tensión y la crisis en muchos países. Las encuestas realizadas a empresas de suministro y provisión revelan que más de la mitad de ellas piensan que la crisis continuará en 2023, y tres cuartos de ellos tienen aún graves problemas que capear.
Una cadena de suministros frágil
Citigroup ha puesto de relieve cómo los acontecimientos que llevan golpeando la economía mundial desde 2019 han dañado la cadena de suministros mundial. Las distintas conflagraciones han evidenciado la fragilidad de la misma, lo que produjo una serie de interrupciones de las que “muchas empresas y clientes sufrieron las consecuencias” por lo que “ahora buscan resistencia dondequiera que puedan conseguirla”.
“La pandemia y después la guerra de Ucrania demostraron la fragilidad de las cadenas de suministro”
Jane Fraser
Pese a que se sigue avanzando en la deslocalización y la progresión de la globalización, esta época de incertidumbre está marcada por una única preocupación: «tanto los compradores como los proveedores indican que la mayor prioridad es la resistencia o la redundancia en lo más profundo de la cadena de suministro«.
En esta línea, Citigroup ha destacado que, en este contexto, proveedores y compradores están trabajando en reforzar y ampliar las cadenas de suministro físicas para hacer frente a nuevas contingencias. Los expertos de la firma han indicado que la fragmentación que están padeciendo los ecosistemas comerciales podría ser paliada con el auge de nuevas plataformas innovadoras, digitalizando la cadena y dando eficiencia a la cadena de suministro financiera.
Mayor resistencia de la cadena financiera implica mayor resistencia de la cadena física
Los analistas de Citi han subrayado la importancia de dar solidez a la cadena de suministros financiera, que comportará una mayor robustez de la cadena de suministros física. En esta línea, “Al reforzar las relaciones existentes con los proveedores existentes y ofrecer incentivos a los nuevos, la financiación de la cadena de suministro también desempeña un papel fundamental en la creación de resiliencia”
De hecho, la mejora en la cadena financiera podría hacer más para superar la incertidumbre contextual que viven tanto proveedores como empresas. Mejorando esta cadena se puede reducir la presión que produce en una empresa la necesidad de tener un gran stock, como también darle más resistencia frente a la inflación y los tipos de interés altos.
Las empresas ya se están movilizando para buscar soluciones
Las encuestas realizadas por la firma neoyorkina han revelado que el 62% de las empresas están ampliando su red de proveedores, lo que va a aumentar la resistencia de la cadena. A mayor diversificación, mayor capacidad de respuesta a las necesidades. Por otro lado, el 41% está adelantando la búsqueda de financiación para las primeras fases del ciclo comercial. El 34% ha ampliado los plazos de entrega para producir bienes, y el 70% han progresado en la digitalización para realizar el seguimiento de las mercancías.
Desde Citi han señalado que aún queda mucho para que termine el proceso de reconfiguración de la cadena de suministros. En esta línea son clave:
- La diversificación de proveedores para evitar la escasez y la dependencia.
- El refuerzo de las relaciones existentes, lo que exige una mayor financiación y más temprana.
- La digitalización y automatización de la cadena, para acabar de transformarla.
- El cambio sustancial de la gestión de inventarios. El sistema «just-in-time» tiene sus ventajas, pero empuja a una falta de stock que en momentos clave de gran demanda hunden la producción. Por tanto, las empresas habrán de tener un mayor inventario para evitar estos contratiempos.
La deslocalización cambiará sustancialmente
Paralelamente, el grado de deslocalización que habrá en este nuevo modelo “sigue siendo una incógnita” y dependerá, según Citi, “en gran medida de los costes relativos de producción” en distintas partes del mundo. “China y otras economías del este asiático eran una opción rentable y muchas de estas realidades siguen siendo vigente. Nuestra sensación es que parte de la producción abandonará Asia, pero la región seguirá siendo una fuente importante de fabricación mundial”, sentencian, al tiempo que señalan que “es probable” que las empresas “confíen más en la planificación de contingencias para tener opciones de reserva en caso de que un segmento de su cadena de suministro se rompa, así como para mantener inventarios más grandes para mantener la producción en caso de interrupciones”.
En conjunto, señalan que este reajuste conllevará “importantes” costes iniciales. “En última instancia, la medida en que las empresas investiguen estas cuestiones y luego procedan a cambios estructurales dependerá de cómo evalúen los riesgos de que se produzcan interrupciones materiales en las cadenas de suministro en el futuro”, concluyen.